Date: Friday, April 7 2017
Time: 21:30 - 01:30 (GMT)
FG Type (Classic or Unity):

Ruleset: Call of Cthulhu 7ed
Games Master: Alvi_Leiz
Minimum Players: 4   Maximum Players: 6
Booked: 4   Pending: 1
Available: 2
Attendees

Confirmed: Yonjaime OmarLennon WretchedCthulhu CiberPriest

Pending: ianmward

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“Donde los investigadores aprenderán…

que los pequeños fallos pueden convertirse en terribles

y que más peligroso que saber demasiado es saber muy poco…”

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Sovignor Le Lettré se paró en medio del torrente, dejando caer la lluvia sobre su cuerpo. Ni siquiera la tempestad de Noé podía borrar la mancha de sangre que dejada por los hechos que se le habían impuesto. Bajó la vista hacia su mano, donde todavía agarraba la espada con la que había dispensado la voluntad del Señor. El suyo no era la mano de un soldado, acostumbrado a tal armamento. Lo sostuvo torpemente, sin entrenamiento ni experiencia. Pero mientras miraba sus manos, manos que habían hecho un trabajo tan terrible esa noche, se dio cuenta de que nunca más podría dejar de lado la espada por completo. Un humilde erudito se había convertido en el instrumento de Dios en la batalla contra el mal. El mal que podría tomar muchas formas, el peor de estos ser la forma de inocencia.

A pesar de su más ferviente deseo de alejarse, no pudo evitar mirar su obra. Los aldeanos permanecían inmóviles. Algunas de ellas, una parte horrorizada de su mente, eran mujeres. No se atrevía a pensar en lo que había sido de los niños. La sangre de los caídos rodó bajo la lluvia y el barro. Sus almas, Sovignor esperaba fervorosamente, estaban destinadas a un destino más misericordioso para las manos de Dios.

Si no hubiera encontrado nunca el Cántico perdido de San Jerónimo. Si no hubiera compartido los terribles secretos encontrados con otros, especialmente Hadrin. Todo esto podría haberse evitado.

Pero fue la voluntad de Dios que los acontecimientos se desarrollaran como lo habían hecho. Sovignor susurró una breve oración pidiendo perdón por su orgullo al cuestionar la intención divina. Pero lo difícil que era el camino que el Señor había escogido para él. El Espíritu Santo había hecho claro lo que debía hacerse, pero Sovignor tembló y lloró, rogando que esta copa le pasara.

Permaneció allí durante algún tiempo bajo la lluvia. Cuánto tiempo, no podía decir. El tiempo suficiente para que sus lágrimas de remordimiento y horror sean borradas. Sus hermanos esperaron pacientemente. Que ellos sentían lo mismo que él, estaba escrito claro sobre sus rostros. Con un movimiento rápido les dio la señal para comenzar los ritos de entierro. Al amanecer, no debe haber ninguna señal de que la muerte había llegado a la aldea de Côté d’Ouest. Ninguna señal del demonio que había poseído brevemente a sus habitantes.

Uno de los hermanos habló, su voz sonó como una piedra sobre papel. -¿Qué hay del hermano Hadrin, padre Sovignor?

-No es hermano más para nosotros, Orin -dijo Sovignor en voz baja-. “Su alma ha comenzado su penitencia eterna para el congreso con el Oscuro. Buscó poder, pero sólo encontró condenación. Su cuerpo debe ser purificado y enfrentarse a la llama por su sacrilegio “.

-Y tú, padre Superior, ¿qué harás cuando acabe el trabajo de esta noche?

– Mañana saldré para Roma. El Santo Padre debe oír hablar de estos acontecimientos.

Thomás, el más joven de los hermanos, encontró el coraje de preguntar: – ¿Qué dirá su Santidad? ¿Puedes aventurarte?

-No necesito adivinar, joven Thomas, porque el resultado está claro para mí. Lo que hemos hecho aquí es sólo el principio. Hay mucho trabajo por hacer.

Con eso, Sovignor caminó lentamente en la oscuridad de la noche, sostenía su espada fuertemente en su mano, y una carga sobre sus hombros que pocos hombres quisieran llevar nunca…

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In el siglo X, Francia (o Francia Occidental, más propiamente dicho)  era un lugar caótico y peligroso. A lo largo de la mayor parte del país, Lothar el Rey de Francia gobierna sólo en nombre. Poderosos duques gobiernan partes del reino como monarcas virtuales por derecho propio. El rico y poderoso duque de Aquitania, por ejemplo, reina mucho más en Francia que en el rey francés. En otras regiones del reino prevalece la anarquía, y los barones ladrones se han levantado para dirigir sus pequeños feudos con poca o ninguna lealtad u obediencia a la corona. Incluso la Iglesia no es inmune a este caos; Los obispos locales y los demandantes rivales están en constante disputa, a menudo completamente ignorando los edictos del Vaticano. Muchos líderes de la Iglesia en Francia simplemente persiguen sus propias intereses.

En este oscuro y terrible escenario, muchas aventuras esperan. Es un tiempo de discordia inquietante e inquietud. Estos tiempos difíciles hacen de Francia un escenario perfecto para una oscura campaña de Cthulhu: Dark Ages. Pocos son los lugares de seguridad y consuelo. El mal acecha la tierra en muchas formas, y una muerte cruel aguarda a los desafortunados en cada vuelta. Entre las muchas plagas que asolan la tierra, los crueles y despiadados señores de la región, los bandoleros que acosan casi todos los caminos y carreteras, la constante amenaza de invasión y otros innumerables peligros; Hay pocas esperanzas para el maltratado pueblo de Francia. Pero la esperanza puede encender en los lugares más improbables, y tal vez todavía hay en esta tierra unos pocos atrevidos dispuestos a luchar contra la marea del mal que acecha la tierra.

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